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Agdaym Izik, campamento saharaui

Campamento dignidad

Publicado: 2010-11-21

Se habla, al menos, de 13 muertos y miles de detenidos, allanamientos de casas, saqueos y golpizas. Acá no se habló mucho del tema, nuestro diario decano estuvo embrollado en Facebook, pero el norte de África ha estado al borde de la guerra, si es que aún no sigue.

El gobierno de Marruecos atacó el 8 y 9 de noviembre Agdaym Izik, algo así como "campamento dignidad", un asentamiento improvisado de la República Árabe Saharaui Democrática (pronúnciese sajaraui), el Estado no reconocido controlado por el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (mejor conocido como el Frente Polisario). Vamos por partes.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La historia es más vieja, pero que baste decir que, hasta los años 70, este territorio fue una provincia española, pese a pedidos de las Naciones Unidas de liberar el territorio. Marruecos, donde está enclavada RASD; y Mauritania, país vecino, reclamaban dicho territorio como propio, lo cual imponía presiones para que España no acceda a los pedidos de la ONU y del propio pueblo saharaui. Entonces, España, en un intento de deshacerse del muerto en el clóset, firma los Acuerdos de Madrid en 1975, para ceder la administración del territorio a Marruecos y Mauritania. El acuerdo contenía muchos pactos económicos que no se hicieron públicos, pero que básicamente hipotecaban la economía del pueblo saharaui, asentado en un territorio rico en fosfato y potencial pesquero.

En 1976, el mismo día que España abandonó el territorio, las tropas de Marruecos y Mauritania entraron. En simultáneo, la RASD declaró su independencia y promulgó su Constitución con el Frente Polisario al mando. Dicho movimiento de liberación, desde Argelia (Estado que apoya la lucha independentista) inició una guerra de guerrillas que logró el retiro de las tropas mauritanas. Marruecos sigue en control del territorio saharaui.

República Árabe Saharaui Occidental (Sáhara Occidental)

Los saharauis son considerados por las NNUU como un territorio pendiente de ser liberado ("no autónomo"). De hecho, en opinión de la Secretaría General, los Acuerdos de Madrid "no transfirieron soberanía sobre el territorio [saharaui] ni confirieron a ninguno de los signatarios [Marruecos, entre ellos] la condición de potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido" (Resolución S/2002/161).

Marruecos, no obstante, ha sabido salirse con la suya. Además de la construcción de un muro de una extensión de 2700 kilómteros de largo, llevan casi 40 años de ocupación militar y cultural en dicho territorio (por supuesto, estériles resoluciones de las NNUU van y vienen incontenidas). En el 2009, el sonado caso de la expulsión de la activista saharaui Aminetu Haidar dio una idea del importante peso político y de la capacidad de maniobra de Marruecos en Europa.

Los enfrentamientos en Agdaym Izik. Durante el mes de octubre de este año, 20,000 activistas saharauis acamparon en el desierto a las afueras de El Aaiún, la capital de la RASD. La protesta, que se organizó para reclamar condiciones de vida digna (los saharauis son casi parias en su propio territorio) y no para exigir autonomía ha sido la más grande desde hace 35 años. No existe una causa racional que explique el ataque policial del gobierno marroquí, llevado a cabo sin armas de fuego, pero de forma violenta, contra el campamento de protesta. Sólo se entiende como una demostración de poder enmarcada en una serie de reuniones informales que se vienen llevando a cabo en Nueva York entre el gobierno de Marruecos y el Frente Polisario, auspiciadas por la ONU. Ha sido, por lo demás, torpe por parte de Marruecos reprimir de esa manera, puesto que pudo ser una protesta más sin haber llegado a los titulares del resto del mundo.

Reacciones. La verdadera magnitud de los daños, tanto materiales como humanos aún es desconocida, por lo que numerosas organizaciones han pedido una comisión investigadora. Eso sí, está más o menos claro que es menos devastador de lo que el Frente Polisario quiso dar a entender en un inicio. Por otro lado, el ataque ha ocasionado multitudinarias protestas en España, cuya población aun se siente comprometida con el fiasco de supuesta descolonización que su país encabezó.

La Ministra de Asuntos Exteriores española se ha limitado a pedir información completa (?) antes de que su país se pueda pronunciar respecto del ataque y ha solicitado que la ONU tome cartas en el asunto.

El Partido Rompe Corazones.

El Frente Polisario ha sentido duro el rechazo del gobierno español a condenar la violencia marroquí y ha empezado una campaña para que los militantes del PSOE se desafilien del partido que solía apoyar la causa saharaui. Toda España ha expresado su mayor rechazo, incluidos todos los partidos políticos, excepto el PSOE. Para los saharauis, España le ha dado un cheque en blanco a Marruecos. El jefe del gobierno, Rodríguez Zapatero, a tono con su partido, ha sostenido:

Los intereses de España son lo que el Gobierno tiene que poner por delante. La relación con Marruecos es una relación prioritaria para España.

Así de duro.

No es la primera vez que se achaca al PSOE una traición contra el Sáhara. Felipe González, como secretario general de su partido, visitó territorio saharaui en 1976 y dio un famoso discurso de apoyo bastante sentido.  33 años más tarde, su visión fue más pragmática.

¿Y cómo culparlos? En realidad, pareciera que la neutralidad española sigue siendo la mejor opción frente a este conflicto. La defensa de los derechos humanos no pasa, exclusivamente, por declaraciones de condena. La línea entre la injerencia y el liderazgo es delgada y, de romperse, de consecuencias complejas. La diplomacia y las gestiones de negociación suelen dar mejores resultados.

El veto francés. España y Marruecos, sin embargo, no son ni los únicos con opiniones determinantes en este lío. Francia mantiene una dura oposición en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear cualquier acción relevante de este organismo. Al mismo tiempo, no permite que las NNUU tomen control sobre la situación en la zona y EEUU, sin comprometerse con ninguna de las partes, ha sido de mayor utilidad al gobierno marroquí en su afán de legitimar la ocupación.

Lo que viene. El pueblo saharaui ha expresado un abierto deseo de venganza. Su representante en Madrid ha sostenido el viernes, sin murmurar:

Tenemos armas, hombres y voluntad suficientes para que no haya paz en la zona mientras no exista una solución pacífica al conflicto.

Una salida negociada parece inviable por el momento. La legalidad internacional ampara las pretensiones del Frente Polisario, pero a la comunidad internacional parece no quitarle el sueño y parece ser que Marruecos ya quemó demasiados cartuchos como para dar marcha atrás.


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