ya acabó su novela

El Corte Inglés

Publicado: 2010-11-11

El Corte Inglés, en América Latina, fue asociado a los lujos de la vida europea durante el despunte de la economía española a partir de los años ochenta, gracias a la tienda por departamentos que desde hace 70 años opera en ese país con dicho nombre. Hoy día, por el contrario, el nombre se asocia a un hecho diametralmente opuesto: el gobierno inglés está por aprobar su recorte presupuestario más severo desde la segunda guerra mundial.

Para entender mejor el contexto de la reforma, hay que recordar la especial situación política en la que está el Reino Unido desde las elecciones de mayo. El líder del Partido Conservador (Tories), David Cameron, debido a que no logró mayoría en el Parlamento, cosa rarísima en la política inglesa, se vio forzado a realizar una alianza con el Partido Liberal Demócrata (Lib Dems) y su líder, Nick Clegg, quien fue nombrado Primer Ministro Adjunto del Reino Unido por Cameron. Todo lo cual acabó con 13 años de gobierno del Partido Laboral.

Pues bien, ambos partidos firmaron un Coalition Deal en el cual sellaron sus compromisos políticos hasta el 2015, que incluye la preciada reforma electoral que persiguen los Lib Dems para evitar que la repartición de curules diluya el voto popular. En dicho pacto, entre otras cosas, se acordó: reducción del déficit, reducción del gasto, recorte de impuestos para los más pobres, reforma de la banca e incremento de la edad mínima de jubilación hasta los 66 años (¿alguien dijo "Francia"?). Hasta ahí, todo bien.

La fiesta entre tories y lib-dems se había llevado en paz hasta el momento. Sin embargo, una violenta protesta estudiantil llevada a cabo el día de ayer podría marcar el inicio del fin de esta inusual coalición inglesa: cientos de estudiantes, literalmente, tomaron y destrozaron el local partidario de los conservadores. La protesta había convocado a unas 50 mil personas, cuyos líderes condenaron la violencia. Acompañadas de gritos, ("Tory scum, Tory scum!"), las imágenes de la revuelta resultan espeluznantes:

¿Por qué el alboroto? Ocurre que el corte inglés ha incluido un severo ajuste en el financiamiento de educación universitaria. Del máximo de £3,290 al año que hoy se paga por estudiar en una universidad del Reino Unido (unos $5,300), el gobierno duplicaría el límite máximo a £6,000 y ha previsto que, "en situaciones extraordinarias", las universidades puedan cobrar £9,000 (unos $14,530). Adicionalmente, se cerraría el caño de las becas a las carreras de humanidades , dejando abiertos solo los de matemáticas y ciencias (algo muy torpeif I may). En compensación, el sueldo mínimo requerido para que una deuda estudiantil sea exigible, aumentaría de £15,000 a £21,000. La votación será hoy jueves.

¿Por qué tan drástico? Porque todo anda mal. En noviembre de 2009, el Primer Ministro Browne encargó un informe independiente sobre el estado de la cuestión de las finanzas educativas (versión completa y resumen de la BBC). El resultado, publicado en octubre de este año, es casi desolador e incluye una serie de propuestas para evitar el colapso del sistema educativo. ¿La receta? La que ya sabemos: gastar menos.

Los Lib-Dems y el recorte. Nick Clegg ha apoyado el recorte (parece ser la única salida a la crisis). Sin embargo, la situación es complicada, puesto que el Coalition Deal con los conservadores (créanlo o no, allá se respetan mucho los pactos políticos) permite a los parlamentarios del partido de Clegg, en el caso de recortes al financiamiento de la educación, abstenerse en las votaciones, lo cual es importante porque los parlamentarios de dicho partido firmaron un pacto para no incrementar las tasas educativas, pacto que piensan respetar. Con inconfundible humor inglés, se hizo referencia a esto en el debate parlamentario de ayer:

"In April this year, the Deputy Prime Minister [Nick Clegg] said that it was his aim to end university tuition fees. Can he update the House on how his plan is progressing?"

Auch.

El recorte de gastos se va a aprobar. Sin embargo, Clegg está en una posición harto complicada, por haber cedido uno de sus principales caballitos de batalla ante Cameron y, así, forzar a su partido a "tragarse la agenda conservadora sin reformas". ¿El saldo? El Partido Laboral sostiene que ha reclutado 40 mil nuevos miembros desde las elecciones en mayo, la mayoría proveniente de los Lib-Dems. Como para que duela.

El panorama. La reforma educativa es la punta del ice-berg: el plan completo se levanta en peso el famoso Estado de bienestar. Y ello se da en un contexto europeo bastante convulsionado por protestas sociales crecientes, donde existe la sensación de grave injusticia por los ajustes ante la crisis. A todo ello, se suma que el pueblo británico aún recuerda con rabia el escándalo de gastos parlamentarios que sacudió el Palace of Westminster en el 2009, donde se descubrió a decenas de parlamentarios que no pagaban impuestos y hacían pasar sus gastos privados como gastos oficiales (¿suena conocido?).

Lo cierto es que Europa está enferma: Como lo ha puesto el diario El País en su portada de hoy, "Irlanda está al borde del abismo", debido a que su déficit de 32% sobre el PBI y el enorme aumento del riesgo de sus bonos soberanos han llevado a comparar al antes llamado "milagro irlandés", con la debacle griega de este año.

Parafraseando al tristemente célebre ministro fujimorista, que Dios los ayude.


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