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El futuro de Obama y del Tea Party

Publicado: 2010-11-04

Al revés de lo que ocurrió con las elecciones municipales en el Perú, donde Lourdes Flores perdió su tercera elección y aún así su partido habla de un triunfo nacional ("triunfo" que ha sido puesto en perspectiva), para Obama y los demócratas, la reciente derrota electoral ha sido oportunidad para reflexionar. En efecto, las elecciones para renovar ambas cámaras del Parlamento y a varios de los gobernadores de los estados en EEUU han sido un duro golpe para los demócratas.

Y de esa manera ha sido asimilado por Obama y su equipo en la Casa Blanca. Dentro de la llamada ala oeste de la casa de gobierno, ya se habla de reformas en el organigrama, cambio de asesores, nuevas políticas de comunicación, etc. Es decir, todo un revuelo. Incluso algunos asesores demócratas importantes ya han aconsejado un viraje político hacia el centro. (Lo cual, para español Ramón Lobo, en EEUU, eso significa virar hacia la derecha). Obama ha dicho:

“En los últimos dos años, hemos progresado. Sin embargo, claramente, demasiados estadounidenses no han sentido ese progreso aún, y nos lo han hecho saber. Como presidente, me hago responsable de eso".

Así que veamos los números (ver datos actualizados). En la cámara baja, fue desastroso, pues los demócratas han perdido arrolladoramente su mayoría:

Partido

Antes

Ahora

Demócrata

256

184

Republicano

179

237

Independientes

-

-

En el Senado, fue menos doloroso:

Partido

Antes

Ahora

Demócrata

57

50

Republicano

41

46

Independientes

2

2

Al mismo tiempo, los demócratas han perdido 11 de sus 26 estados gobernados por los miembros de su partido.

¿Es tan grave como parece? Las derrotas en las elecciones de medio término (mid-term elections) no suelen ser favorables para el partido de gobierno. Derrotas similares a las de Obama tuvieron Reagan (republicano) y Clinton (demócrata) y ambos fueron reelegidos dos años más tarde. Sin embargo, como lo dijo el pundit John Stewart en una insólita entrevista a Obama poco antes de las elecciones del martes, es cierto que los demócratas han pasado de una retórica grandilocuente llena de esperanza en las elecciones generales de 2008 a una estrategia de "por favor, dennos otra oportunidad", en sólo 2 años.

¿Qué pasó? En realidad, los demócratas ya habían vivido una antesala de esto. En enero de este año, luego del fallecimiento del Senador Edward Kennedy en el 2009 (un ícono del partido demócrata), la elección para reemplazarlo fue ganada por un republicano  desconocido: Scott Brown, lo cual le quitó a los demócratas las posibilidades de evitar la utilización de mecanismo del filibuster por parte de los republicanos, que se usa para bloquear cualquier votación. Todo lo cual puso en la cuerda floja la votación de la reforma del seguro de salud, uno de los caballitos de batalla de Obama.

El factor Tea Party

Si no sabes qué es este pintoresco movimiento, Alberto Vergara te explica:

"El Tea Party es un partido ultraconservador, pero sobre todo ultramanipulador. A través de la cadena de televisión Fox y medios afines ha conseguido pasar entre los estadounidenses la idea de que Barack Obama es socialista (aunque provenga de la Universidad de Chicago), de que es musulmán (aunque sea cristiano) y de ser un pitucazo pues pronuncia bien las palabras en francés y en castellano. Además, con ayuda de la ignorancia carismática del conductor de televisión Glenn Beck disfrazan la emergencia del Tea Party como un movimiento popular, cuando es financiado y dirigido por unos granjeros azucareros multimillonarios. Pero el objetivo último es asustar al elector gringo, convencerlo de que unos negros, musulmanes y comunistas le quieren robar sus libertades y que el remedio contra tremenda injusticia es eliminar los impuestos a los millonarios. Y de tanto martillar, en una encuesta reciente 24% de los estadounidenses manifiestan que Obama es musulmán y, gran casualidad, ese mismo grupo “desaprueba” la gestión del Presidente."

Mucho se ha dicho sobre la influencia del Tea Party en la victoria de los republicanos y de su preocupante protagonismo en la política de ese país. Se trata de un movimiento inserto en dicho partido que ganó notoriedad y muchas elecciones primarias (o el derecho a participar en las elecciones; eso que en el Perú se decide mientras los 4 dirigentes de un partido se toman un café) gracias a un nacionalismo exacerbado, un populismo desmedido y un discurso de odio abrumador.

Sin embargo, me centro en un caso interesante:

Christine O'Donnell, candidata al Senado, hace unos años promovió una ley contra la masturbación por considerarla una forma de sexo fuera del matrimonio y considera que la separación entre el Estado y la iglesia equivale a ser comunista. Fue apoyada, en carne viva, por la caricaturesca Sarah Palin y fue la carta fuerte del Tea Party por ser considerada "una verdadera conservadora". ¿El resultado? Fue arrasada por su contrincante demócrata en Delaware. Creo que una lectura de este caso implica una visión menos fatalista de la victoria republicana de lo que parece.

Que quede claro, los republicanos van a querer tumbarse las reformas de Obama: lo han dicho expresamente, pero ello no es el Apocalipsis. Vienen tiempos (más) difíciles para Obama, pero hablar de un fracaso sin vuelta atrás es ciertamente prematuro. De hecho, en comparación con encuestas del mismo embrollo que tuvo Reagan en sus mid-terms, Obama vislumbra mejores perspectivas.


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