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¿Se jodió la Francia?

Publicado: 2010-10-28

Ayer, se ha ratificado lo inevitable: Francia ha ingresado al siglo XXI en materia de jubilación. Con 336 votos a favor contra 233, la Asamblea Nacional aprobó el proyecto de ley sobre la reforma pensionaria promovida por Nicolas Sarkozy. Olvidarse del sueño francés (?) de una jubilación temprana, pasando una especie de vejez à la provençale suena feo, es duro, da cólera y, por cierto, da flojera (tengo el objetivo de jubilarme a los 48 años). Sin embargo, de todos los atropellos que ha protagonizado Sarkozy, parece que este tenía que hacerse (haberle pedido que lo haga sin atropellar era como pedirle a Keiko Fujimori que exponga un plan de gobierno sin decir "amnistía").

Y digo atropello porque de otra forma no se hizo: si bien es una reforma progresiva (culmina en el 2018), se trata de un proceso que ha sido acusado de necesario, pero injusto. La reforma de la jubilación, en realidad, era la punta del iceberg de los numerosos ajustes económicos que pretendía Sarkozy y que no ha logrado en su gobierno. Su insistencia en el tema de elevar la edad de jubilación desencadenó una dramática seguidilla de huelgas interminables y un duro bloqueo a las refinerías y los depósitos de combustible, que, según el propio Sarkozy "secuestró la economía del país". Millones de franceses (sobre todo estudiantes) protestaron bajo lemas como "escuchen la cólera del pueblo". De hecho, tan solo el 12 de octubre, más de tres millones de franceses salieron a las calles.

Pues bien, ¿de qué se trata? Las claves de la reforma son estas:

Esperar 2 años más para jubilarse: en lugar de 60 años (sí, 60) habrá que esperar a los 62. (En el 2009, la edad promedio de jubilación fue de 61,5 años).

1 año más de aportes: en lugar de 40, ahora se piden 41 años de aportes al sistema para obtener pensión completa.

Eso es todo.

El 53% de los franceses piensa que esta reforma es "aceptable" o "totalmente aceptable", mientras que una (amplia) minoría piensa que es "inaceptable" o "totalmente inaceptable" (según el diario ligado al Partido Comunista Francés, que se opone a la reforma).

¿Qué se busca? Según el gobierno, ahorrar 70.000 millones de euros a partir de 2018. ¿Por qué? Porque según el Consejo de Orientación para las Jubilaciones (una entidad estatal técnica y multipartidaria), hoy en día se financia la jubilación francesa (pública y privada) con 30 millones de euros, mientras que en el 2030 se necesitarán 70 millones y €100 millones en el 2050. Eso, según Les Echos (equivalente en formato y línea editorial al diario local Gestión) resulta inviable y, más bien, propio de los años dorados del Estado de bienestar.

Los aires en Europa han cambiado... y eso que en Francia ha tardado: en el 2008, la edad promedio de jubilación en la Unión Europea (concepto distinto a la edad mínima exigida para acceder a una pensión completa, que es lo que se ha reformado) era de 61.82 años, mientras que en Francia era de 59,3 años. ¡Un relajo!

Click si no ves

El aumento de la esperanza de vida y la reducción de hijos por familia significan que hay que ajustarse el cinturón: alguien tiene que pagar las cuentas (hay varios estudios al respecto). Nadie puede discutir eso y los sindicatos franceses tampoco lo hacen. El problema es que, contra las altas tasas de desempleo y lo precario del mismo, el gobierno francés se ha limitado... a expulsar gitanos, cual peste medieval. Los sindicatos pidieron diálogo. Específicamente, pidieron una negociación al estilo Grenelle (aquella que resultara de las revueltas de mayo del 68). El gobierno francés optó por el mejor estilo autoritario y dijo que ya era muy tarde para eso de conversar, imagínese. Nunca hubo nunca negociación sobre el tema pensionario.

Lo que se viene. Con una ola de reformas financieras europeas (el Reino Unido acaba de aprobar su plan de ahorro más grande desde la segunda guerra mundial) que hacen parecer la causa sindicalista francesa como una causa europea, una continua política confrontacional del partido de gobierno, sumado a un creciente escándalo de corrupción en el entorno de Sarkozy y a las próximas elecciones generales del 2012, se pueden esperar más tiempos violentos en la sociedad francesa. Sin un pronto pacto, no podría sorprender un recorte del mandato o un fracaso electoral.

Por el momento, el Partido Socialista ha anunciado un recurso ante el Consejo Constitucional contra la nueva ley (que aún debe firmar el Ejecutivo). El PS ya ha dicho que "el debate parlamentario no agota el debate político" y, junto con los sindicatos, ha convocado a una nueva jornada de movilizaciones para hoy, jueves, que cuenta con el respaldo del 65% de la población.

(Ver selección de fotos en gran formato sobre la huelga, muy recomendable. Vía @ineffabilis)


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